Quebrantahuesos 2013

Esperemos que para Junio no este asi el Portalet jaja.

 

Jajajaja que viaje de nieve, no??? Los de allí no entrenais, no???

 

Ya sabeis ese dicho que dice Año de nieves, año de bienes...aunque para entrenar esta complicada la cosa. Este año creo que de nieve se estan pasando porque seguramente no tenían uno así desde hace bastante.

 

Impresionante

 

Les escribí ayer para ver si había posiblidad de cambio de talla, ya que aún no los tienen ni fabricados. No me han respondido pero espero que me lo puedan solucionar.

 

donde se vota la eleccion de maillot

 

Entrenad malditos entrenad que a este paso no llegamos en forma ja ja

 

http://www.quebrantahuesos.com/maillots

 

Yo el año pasado hice lo mismo y me lo cambiaron sin problemas. Tardaron unos días en contestar pero lo hicieron.

 

Ya me han contestado que sin problemas. Así da gusto

 

Hola,alguien me podria decir hasta que numero ha entrado la repesca?

 

gracias chillking

 

Desde el 7.500 al 8.700 ambos incluidos.

 

Perdonar... alguien sabe donde encontrar algun sitio para dormir? He entrado en la repesca y la verdad que es un infierno encontrar una cama.

Saludos y mil gracias

 

Tengo dos habitaciones reservadas en el hotel Sorrosal en Broto. Las voy a dejar ya que he encontrado alojamiento mas cerca de sabiñanigo. Son bastante económicas, 70 euros dos noches. Si a alguien le interesa, que se ponga en contacto conmigo.

 

Eleee la güena gente ahí:clap

 

Para los que lo pidieron en posts anteriores: Crónica de la Quebrantahuesos - 23 de Junio de 2012 (para los demás disculpad por el tocho)

Llegamos a Jaca el jueves 21 por la tarde con el objeto de correr mi primera Quebrantahuesos (205km., 3875 m. de desnivel acumulado). Ya desde entonces se respira ciclismo allá donde vas en toda la zona. Paseando por la calle pasan montones de tipos depilados y muy delgados, por la calzada no paran de pasar grupetas de ciclistas, más de la mitad de los coches que ves aparcados llevan portabicis o remolques, etc. En el Hotel según te vas a registrar, el recepcionista, sin preguntarte que has ido a hacer a Jaca y cuando aún tienes la bici fuera en el coche, te informa amablemente de que “Si lo desea Vd. puede subir la bici a la habitación. El ascensor del fondo es algo más grande”. En toda la zona ese fin de semana es temporada alta por la QH. Son 11.500 participantes este año, que fácilmente van acompañados por una o más personas. Para verlo.

El viernes por la mañana visitamos Jaca y por la tarde nos acercamos a visitar la Feria de la Quebrantahuesos, una especie de feria de bicicletas en una nave del polígono industrial de Sabiñánigo. Allí hay carpas de algunas marcas de bicicletas, componentes, ropa y las mesas de entrega de dorsales, chips, comprobaciones de chip, etc. Destaca un gran stand de BKool con tres bicicletas y simulación en proyector y pantalla grande. Recogemos los nuestros y apenas nos quedamos una hora en la feria porque esta petada. Como feria el Festibike de Las Rozas tiene muchos más expositores y mucho más espacio. Volvemos a Jaca, salimos a cenar, unas tostas y un poco de pasta (toda la semana he comido o cenado pasta o arroz) y a las 23:00 a la habitación, que el sábado hay que madrugar. Aun así, me quedo preparando la ropa, poniendo el dorsal en el maillot, la placa en la bici, el chip en la vaina trasera izquierda, los perfiles de la ruta en la funda que llevo en el maillot con algo de dinero y un documento identificativo, etc.
Así, no me acuesto y apago la luz hasta la 1:00, y me duermo dudando si podré bajar de 7h30min. o si no seré capaz de bajar de 10h. Son muchas las historias que te cuentan sobre esta carrera y al final no sabes qué creer ni que pensar.

El sábado me despierto a las 5:45 (4 horas 45min. de sueño). A las 6:00 bajo al desayuno y allí me espera un compañero. El comedor, abierto ese día de forma especial desde las 5 de la mañana está arrasado, todas las mesas llenas de platos, tazas y cubiertos usados. Como siempre, somos los últimos. Desayuno una tostada con aceite, otra con azúcar, un plátano y un té con leche. A las 6:30 salimos al coche montamos las bicis y nos vamos para Sabiñánigo. Paramos en la gasolinera a meterles 9,5 bares a cada rueda de las bicis. Llegamos antes de las 7 y nos vestimos, nos damos crema solar, etc., etc… y sin darnos cuenta son las 7:15 pasadas… llegando pronto, como siempre… perdiendo el culo para el polígono a ver si podemos no llegar los últimos a la salida.

En la QH si quieres hacer tiempo es importante salir delante. Hay cajones de salida y todos los machacas salen de delante ya que tienen tiempos acreditados de años atrás o bien por haber sido invitados por espónsors, organización, por ser redactores de la revista del taxi, etc. (enchufismos, vamos, lo que se lleva en este país). El caso es que cuanto más adelante vas los pelotones ruedan más rápido y ha habido menos montoneras que te han frenado. Es decir, si vas el primer año sin invitación, difícilmente vas a poder llegar de los primeros ya que desde la salida de los primeros, a las 7:30, a la salida de los últimos, es decir, nosotros, van más de 20 minutos. A las 8:00 aproximadamente empezamos a movernos y tras una curva entramos en la recta de salida y ya lanzados pasamos bajo el arco de salida y sobre las alfombrillas RFID que no paran de pitar.

Salgo de corto, con camiseta interior y maillot, y manguitos y un chaleco cortavientos para los descensos. Opto por seguir las recomendaciones de un ciclista profesional para esta carrera: subir Somport a medio gas, Marie Blanque tan despacio como puedas (sin caerte de la bici), y en Portalet dar todo lo que quede dentro.

Lo único bueno de salir detrás es que hay menos nervios, y las leches implican a ocho o diez corredores. Delante hablan de montoneras de 20 y 30 y muchos trozos de carbono que saltan por los aires... Pero aun saliendo por detrás se detectan algunos nervios en la gente y hay que andar al loro… gente que se cruza, algún afilador, alguna que otra pequeña montonera, bidones por el suelo que esquivar, etc. Escalamos posiciones yendo siempre por los lados de los pelotones para facilitar el paso y protegernos de las montoneras. Ya en la autovía se rueda rápido y saltamos de un pelotón a otro descansando siempre entre medias para no quemarnos mucho de inicio. Iván ha tirado para adelante y yo ruedo con algunos de mi club.

El tramo hasta Jaca (kilómetro 25), entre estar atentos a todo y charlar un poco, pasa muy deprisa. Llegando a Jaca veo a Iván parado en el arcén reparando un pinchazo. Me pilla en medio de un pelotón y me es imposible parar. “Te espero arriba de Somport” le grito. Y sigo.

Desde Jaca hasta el puerto de Somport la carretera es buena y va petada de ciclistas… unos pelotones se funden con otros, hay ritmos para todos los gustos, algunos corredores pasan como balas y otros se quedan en el arcén. La carretera no pica mucho para arriba. La ascensión a Somport es larga pero tendida. Y de esta guisa llegamos a Candanchú, donde hay un avituallamiento. Yo paro en el avituallamiento corro a las mesas, me echo dos medios plátanos al maillot, y corro de nuevo a por la bici para coger a un amigo. Lo logro a los 500 metros. Y poco después llegamos a la cima de Somport, kilómetro 50 aproximadamente. Nos paramos a un lado a esperar a otros compañeros. Como los plátanos mientras esperamos, me hago una foto en el cartel del puerto, y unos 5 minutos más tarde llega otro del club.

Tiramos los 3 para abajo ya que Iván seguramente ha tenido problemas al arreglar, pues no es normal que tarde tanto. Bajando se me quedan mis dos compañeros, en algún momento les espero, miro para atrás con cuidado ya que el descenso es rápido y el firme no es tan bueno como en el lado español, pero no vienen y tiro. Abajo del puerto llegamos al llano entre Somport y Marie Blanque y cojo una pequeña grupeta que va a buen ritmo y me acoplo. Es llano descendente y se va rápido. Doy los relevos que me tocan y pasando por varios pueblos que paran un poco el ritmo tomamos un desvío a derechas con un rampón bueno. Hay una fuente, paro a por agua.

Comienza el Marie Blanque, carretera estrecha y rugosa, en un valle cerrado y muy bonito. Según leí en las descripciones el puerto se va endureciendo poco a poco y sin dar descansos los últimos 4 kilómetros son un auténtico “muro” en línea recta, con porcentaje mantenido entre el 10 y el 12%. Por eso y por descripciones aún peores decido no dejarme pasar del 85% de mi ritmo cardíaco máximo. Me meto un gel. Llevo buena cadencia y juego con el casette dejando siempre una o dos coronas para los últimos 4 kilómetros. La temperatura es ideal, ni calor ni frío. Es un bosque que si hace calor dicen que se convierte en una sauna. En el lateral aparecen postes que indican el porcentaje del siguiente kilómetro. Cuando llego a 4 km. para cima el porcentaje sube lo prometido, por encima del 10%. Apuro la piña hasta el 29 (39-29) y subo cómodo por debajo del 85% los cuatro últimos. Charlo con unos y con otros, y algo más con un italiano que he adelantado varias veces siempre después de los avituallamientos… ya que él no para. Trabaja de payaso en un circo, y la bici es su pasión. Viene desde Andalucía, que moral!. Así pasan los kilómetros, ninguno se hace especialmente duro, aunque alguno más largo que otro y llegamos a cima en pasillo de gente… am-bi-en-ta-zo!.

Tras la cima (km 100 aprox., 3h. 55 min. de carrera, lo que según los entendidos nos llevará a terminar en 8 horas aproximadamente) comienza un rápido descenso en el que hay que tener cuidado con los otros corredores que se cruzan mucho en las trazadas por la estrecha carretera de montaña y con las prominentes cacas de vaca que te pueden costar un disgusto. Veo algunos corredores parados en el arcén con rodillas y codos ensangrentados, pero el que más me impresiona es uno que está siendo inmovilizado en una camilla, entre los matojos, con collarín y una ambulancia grande abierta de par en par. Y tras 4 km. llego a un gran llano en el que hay instalado un megaavituallamiento en el que hay parados cientos de ciclistas. Todo el prado está lleno de bicis tiradas por el suelo. Paro, tiro la bici al suelo, pillo un gel de las mesas que no me tomaré luego por no experimentar. Como unos frutos secos y cojo otro plátano, y agua. Nada de isotónico. Tengo un ojo en la carretera pero no veo pasar ni a Iván ni a nadie de mi club. Sigo bajando. Termino el descenso y llego al llano.

En el llano me meto en otra grupeta que ya no va tan rápido como la de antes, pero es lo que hay. El Marie Blanque ha hecho mella y la gente es más cautelosa. Así, poco a poco nos acercamos a la base de Portalet. Al llegar a la base los grupos se desmembran y la carretera se convierte en un interminable tren de ciclistas subiendo cada uno a su ritmo.

Portalet es un puerto de pendientes medias 7-8%, sin ningún tramo especialmente duro, pero que se puede decir que es eterno, pues tiene más de 28 kilómetros. En las primeras rampas echo cuentas y pienso que me quedan, en el mejor de los casos unas 2 horas subiendo este puerto… eso siempre y cuando no pete… Pero yo me veo bien, y ante la remota posibilidad, en esos momentos, del pete, prefiero seguir siendo cauteloso y no aprieto todo lo que podría, sigo bajo el 85% de mi tope, y voy cómodo. No hay calambres ni dolores excesivos en articulaciones o espalda… cuando de repente veo al italiano “Tio, dice, tengo muchos calambres, estoy aflojando per ello”. “¿Qué has comido?”, le pregunto. “Nada”, responde. “Jo-der!... no me extraña que tengas calambres!”. “Anda, en el próximo avituallamiento te paras y te tomas plátano y medio y bebes agua”. “Vale tío, gracias”. Le dejo detrás y sigo. Me como una barrita de cereales con manzana. Y sigo. Vamos llegando a la presa de Artouste, donde hay marcado otro avituallamiento. Paro también muy rápido, cojo agua, unos trozos de plátano y me estiro un poco piernas y espalda antes de seguir. Sigo con la misma filosofía que empecé y los kilómetros van cayendo, aunque este puerto de Portalet se hace muy laaaaaaaargo… Me tomo otro gel para la segunda mitad del puerto. Veo al italiano. “Que tal vas?”, “Mucho mejor con el platano, gracias tío”. “De nada”, le digo, “toma otro trozo”, y lo coge agradecido. Ya en los seis u ocho kilómetros finales cojo la rueda de una chica que parece tener más cabeza que algunos otros que tan pronto veo esprintando como parados en la cuneta. Nos damos relevos y llegamos a la cima de nuevo en pasillo de gente gritando: “Vamos, vamos”…. “Arriba, que ya estáis”… “Muy bien, venga!!!”… la gente te ofrece vasos de agua, periódicos, coca-cola, fruta, de todo… y no puedo evitar emocionarme… y por fin, corono el Portalet (kilómetro 150). La carrera está vencida.

Por delante solo quedan 50 kilómetros en continuo descenso con tan solo la Hoz de Jaca en medio, dos kilómetros al 10% por terreno semiadoquinado y carretera de hormigón. Paro a mitad de la bajada en un avituallamiento y cojo un sándwich de jamón y queso, pues estoy hasta el moño de plátanos. Me lo como en marcha. La bajada de Portalet es muuuy rápida. Con el tráfico abierto se baja adelantando a muchos coches. Algún insensato conductor a punto está de provocar una desgracia a pesar de todos los avisos de “Prueba ciclista”. Yo comienzo adelantando a grupos de ciclistas y pronto me pongo a rueda de un chaval de unos 30 años que baja como un misil, con rabia. Le sigo para bajar más cómodo y con menos preocupaciones. Aunque hay que mantener la atención en todo momento debido a la velocidad, me da la trazada hecha y solo le tengo que prestar atención a él. Él ya se encarga de mirar si se cruzan coches, ciclistas, perros o espectadores. Cogemos a algunos otros corredores y formamos una grupeta pequeña pero rápida. Ya así llegamos a Hoz de Jaca, donde ya cada uno a lo suyo. Unos más deprisa y otros más relajados. Hoz lo subo siguiendo mis normas para la carrera, 85% y apurando la piña, y corono en poquito tiempo. Dos kilómetros pasan rápido. Bajo rápido y veo a lo lejos un grupo grande ya al llegar al llano.

Aprieto, me llevo a un par de corredores despistados o tres conmigo. Entre ellos el chico que me bajó Portalet. Me cogen rueda y no me la sueltan hasta que llegamos al pelotón. El pelotón, de unos 50 ciclistas, según llegamos lo aceleramos y la gente entra a relevos y sube muuuucho la velocidad. Volamos. A lo lejos vemos otro macropelotón que puede tener unos 200 corredores. Y vamos a por él. Volamos aún más. Charlo con un chico de Cantabria, y nos dejamos caer a posiciones medias, donde vamos más cómodos. Poco a poco nos acercamos al otro pelotón, hasta que lo alcanzamos y lo sobrepasamos, pasando a formar un gran grupo, porque ya no nos dejan irnos. Estos últimos 25 km. se pasan volando. Se rueda muy rápido. Y sin darnos cuenta llegamos a Sabiñánigo. La gente se empieza a poner nerviosa y hasta algunos esprintan en la recta final… Yo no lo entiendo. Y entro en meta. Termino la Quebrantahuesos!!!.

Tiempo final: 8 horas 0 minutos.
Tiempo en movimiento: 7 horas 45 minutos.

 

Gran cronica. Me ha encantado leerlo.

 

Una pregunta para los que fuisteis alguna vez a la QH en caravana. ¿Es muy complicado encontrar sitio para aparcarla medianamente cerca de Sabi y dormir en ella? Gracias!

 

en el camping...