Zugasti nos guste o no es un tio que sin ser un superclase del ciclismo ha sabido ganarse la vida con el ciclismo a una edad avanzada. Muchos profesionales world tour pasan sin pena ni gloria, cobrando un sueldo "normalito", se retiran a los 30 y tantos y a buscarse la vida con otro trabajo. No se cuanto ganará al año, pero entre patrocinios, youtube y tal, tiene que ser bastante más de lo que gano yo perdiendo mi vida sentado 8h delante de un ordenador. Lo del reiser criticando la nueva Scott que ha sido desarrollada junto a Nino Shurter o la Ceci que no se por qué tiene la p.... mania de grabar siempre desde arriba, da verguenza ajena. Pero lo que menos entiendo es que la gente pierda ni un minuto de su vida viendo esa basura. En fin, tambien miles de millones de moscas comen ****** y eso no quiere decir que esté buena.
Pues está este para hablar con la alimentación que lleva... Helado del Mercadona con arroz hervido Enviado desde mi POCOPHONE F1 mediante Tapatalk
Lo del Ketchup sin duda, lo otro... Va de listo no? Desde cuando unas bravas són rodajas de esas que pones en el horno debajo de la carne?
¿Pero te cambiarías por el Zugasti de hace 5 o 10 años? Está claro que ahora le va bien, pero mientras era amateur con 30 y tantos, o los años posteriores mendigando invitaciones para la titan... poco que envidiar
No, no, ni de coña cambio mi vida por el Zugasti de hace años. Pero por eso lo digo, que ha pasado de ser un tío que no destacaba en el ciclismo y no lo conocían ni en su casa, a ser conocido internacionalmente (en paises de sudamerica). Hay que reconocer que tiene su mérito.
Todo requiere su trabajo y en ningún trabajo empiezas como un tío bien pagado y bien visto , zugasti a día de hoy es el referente de YouTube para ciclismo en España , lo siguen tanto carreteros como gente de MTB es para quitarse el sombrero, si Y se sabe vender seguro que está preparando su pronta jubilación El reiser y variados como la ceci no aportan nada(no se quien ve estos tristones) Y el alumno ha superado al maestro valentin da pena y pereza