A esta peregrina la encontré en el camino de Santiago, estuve rodando detrás de ella 800 kilómetros y os aseguro que dejó huella en mí, en mi culotte que le hice una hechura de agujero por la portañuela que lo tuve que tirar porque se dió, se dió a la fuga el día que llegamos a la costa da morte y le dije que la concha la llevaba con un boquete pero no hizo falta decirle con qué la agujereé. me marcó la vida, y la cara de la torta que me dió cuando le enseñé las fotos que llevaba del camino, os enseño la que más se repite. Que bonito es el camino de Santiago ¿a cómo nó?