Bueno... Pues aquí presento una bici de una marca española que va a dar que hablar, y que además está de rebajas en su web https://crowbicycles.com/es por su primer aniversario de existencia. Concretamente, la Crow Gravital Risbar SL4. Una bici eléctrica que en orden de marcha se queda en unos muy buenos 15 kgs, pedales incluidos, equipada con un motor Fazua Ride 50 que proporciona una autonomía de unos 70-90 kms, en función de cómo configuremos la asistencia que nos proporciona el motor, que es configurable por el usuario gracias a una App muy completa y sencilla de usar. Pero vayamos por partes, porque esta bici tiene mucho que decir. Lo primero que destaca, siendo como es una eléctrica, es su peso. Algo que comenta todo aquel que la ha visto y levantado (ya sabéis que es lo primero que todo ciclista hace con una bici...) Y aunque, objetivamente, 15 kgs, no son pocos para quien tiene, como es mi caso, bicis que superan levemente los 6 kgs en carretera, y los 7 kilos en la urbana, sí lo es en el mundo de las eléctricas, y esto se hace notar, sobre todo cuando nos subimos a ella. Mi primera experiencia a bordo de la Crow fue aprovechando una salida urbana que se realiza todos los jueves a las 19:30 desde la estatua del Ángel Caído del Retiro. La bici iba en configuración de motor estándar, y nada más estrenarla descubriría los primeros problemas de adaptación mental y muscular que sufre un ciclista no acostumbrado a las eléctricas. Camino al Retiro, no conseguía mantener una cadencia lógica ni un desarrollo adecuado. No hacía más que cambiar de piñón (por cierto, 9v en un amplio desarrollo de 1x 38t x11-42 sobre el que luego comentaré cosas) y sufrir continuas entradas y salidas de la asistencia del motor, que no entraba cuando quería, ni se desconectaba cuando debía. Adelantando conclusiones, comparto la primera: Configurad el motor. Es súper sencillo, pero más que eso: Es fundamental hacerlo si queréis llevaros bien con la Crow. Tras comentar la novedad con los (y las) colegas de ruta que congrega semanalmente la Asociación de Ciclismo Urbano Madrid Ciclista, y responder a las primeras preguntas y elogios por la estética y el peso que mi nueva montura suscitaba, llegó el momento de ponerse en marcha. De nuevo, sensaciones raras al volver a pedalear, hasta que por fin di con el ajuste apropiado para ir cómodo. Si os fijáis, entre el tubo horizontal y el bote de agua, hay un pequeño dispositivo, que es el que enciende y apaga la asistencia del motor, y también cambia entre los modos de asistencia, que son tres y que la marca denomina Breeze, River y Rocket. El dispositivo tiene unos LEDs que indican, a modo de barra vertical muy visible, el nivel de carga de la batería. El color de los LED nos indican también el modo de asistencia que tenemos seleccionado. Para hacerlo, basta con apretar en la parte superior o inferior del dispositivo, de funcionamiento táctil y cómodo en parado (no tanto en marcha) Los LED, cambian de color, siendo verde para el modo Breeze, azul para el River, y Rojo para el Rocket. Luego comentaré sus diferencias. También hay otro color, que es una especie de blanco, que significa que llevamos el motor encendido, pero sin proporcionar asistencia... Pues bien: Este fue el modo con el que, por fin, me encontré como pez en el agua Me pasé toda la ruta sin asistencia, encantado con el casi inapreciable efecto del motor cuando apretaba los pedales. Tal y como le decía a todo el mundo, era, con el nivel Breeze (que creía que era el que había seleccionado) como ir pedaleando con viento a favor. Incluso un amigo que me pidió probar la bici se quedó encantado con el "nulo efecto interferencia a la pedalada" que ejercía el motor. No podía estar más contento con ese nivel de asistencia para una ruta urbana que se hace a ritmo relajado por el asfalto de las calles de Madrid, generalmente en rutas de unos 20-30 Kms, que se hacen en hora y media o dos horas, más las cañas de después, si se tercian. La sensación era la de pedalear sin hacer ningún esfuerzo, salvo en las arrancadas. El resto, lo mantenía la bici en inercia. No sudé ni gota, a pesar del calor que hacía ese día. Al día siguiente me di cuenta de que ¡Había ido sin asistencia toda la ruta! Aparte de reírme de mí mismo al darme cuenta, sí alcancé una conclusión que realmente no quería haber probado ese día: La bici pedalea MUY bien cuando va sin asistencia. Si además le quitas el motor (lo cual supone un ahorro de más de 4 Kgs), la Crow Gravital se convierte en una bici no sólo considerable como auténticamente ligera (en el rango de peso de muchas bicis de XC), sino que PEDALEA Y RUEDA MUY BIEN, sin ninguna interferencia en el pedalier (donde actúa el motor), y eso es mérito tanto del sistema del motor Fazua, como de una geometría conseguida y de un cuadro que funciona. Al final de ese día ya tenía dos conclusiones: 1.- Tenía que configurar las curvas de potencia y asistencia del motor. 2.- Tenía que probar la Crow encendiendo la asistencia para usarla como una bici eléctrica
Y efectivamente, me puse manos a la obra. Esta es la configuración que, personalmente, he elegido. Cada cual debe elegir la suya en función del tipo y modo de asistencia que desea conseguir, gracias a la flexibilidad del motor Fazua (son alemanes y se nota en estos detalles) de la Crow: Como puede observarse de la captura de pantalla de la App de Fazua (se conecta por Bluetooth con nuestra bici de manera perfecta, y pasa los datos a nuestra unidad de manera inmediata), hay varios aspectos que hay que considerar: 1.- La potencia a la que debe activarse la asistencia depende de la potencia que aplicamos a nuestros pedales: Esto quiere decir que, para que la asistencia comience a funcionar, debemos estar pedaleando, y aplicando potencia a los pedales. Como consideración adicional: La bici nos “regala” un potenciómetro para que sepamos cuántos W somos capaces de desarrollar con nuestras propias piernas, y cuántos W del motor se suman a nuestra pedalada en función de la curva de asistencia que programemos. Lo podemos hacer tan complicado y sofisticado como queramos. En mi caso, no me compliqué nada la vida. La asistencia se inicia a 90W de mi pedalada, porque es el rango mínimo que la aplicación permite. Lo que quería era que la asistencia se active nada más empezar a moverme, para no andar con activaciones y cortes de asistencia continuamente. La tendencia natural cuando pedaleas y de repente notas asistencia, es dejar de meter potencia a los pedales, y entonces la potencia del motor se desconecta. Es un proceso mental al que hay que adaptarse... salvo que pongas que la asistencia entre en funcionamiento desde que, prácticamente, inicias el ciclo de pedalada. 2.- La potencia de la asistencia del motor debe ser proporcional al efecto “natural” de pedalada asistida que busquemos. Me explico: Cuando comenzamos a pedalear y el motor activa la asistencia, ésta no entra de golpe con el límite máximo del nivel de asistencia que hayamos seleccionado (configurable) En mi caso, 185W para el modo Breeze. Esos W se suman a mi propia potencia, en función de la potencia que aplico a los pedales. Como veis, la curva de entrada de potencia es muy corta. Eso significa que la asistencia sube nuestra potencia como si fuera un efecto turbo, multiplicando muy satisfactoriamente la fuerza que aplicamos sobre los pedales. Esto tiene otro efecto inesperado para un ciclista muscular clásico, y es que la aceleración de la bici es tal, que nos obliga a jugar mucho con los piñones para evitar llevar, sobre todo en arrancada, metidos piñones demasiado pequeños sometiendo a la transmisión, motor y cadena a una sobretensión que ni es buena para el motor, ni para la batería, ni para el plato, ni para los piñones, ni para la cadena. A medio plazo: Para tampoco va a ser bueno para nuestra economía. Es cierto que el motor puede con ello, y si dejas piñones pequeños aceleras casi como si fuera una moto... pero cuando uno va en bici no se trata de eso ¿no? (al margen de lo que digo sobre el maltrato que debemos evitar a toda costa a todos los elementos--eléctricos y mecánicos--de nuestra transmisión) Esto de jugar tanto con los piñones, además de precisar cierto nivel de práctica para reacondicionar tu cerebro a tanta subida y bajada de piñones (porque vamos a subir y a bajar de dos en dos y hasta de cuatro en cuatro, en función del nivel de asistencia que seleccionemos) tiene un efecto: Llega un punto en el que empezamos a pensar que el desarrollo de la bici es inadecuado, porque, claro: De repente notamos que tenemos la potencia en las piernas de un tal Tadej Pogaçar (o de su némesis Vingegaard) y comenzamos a pensar que el plato debería ser más grande para aprovecharla... Pero hay un problema: La limitación legal a la asistencia eléctrica de la bici. Ay, amigos. La Ley obliga en Europa a que la asistencia máxima sea de 250W, y que se corte a los 25 Km/h. Poco dura la alegría en las piernas del globero. Cuando llegamos a ambos picos, nos encontramos con la realidad de que no movemos 500W con la facilidad de un profesional de la carretera, sino que llegar a 300W con nuestra propia fuerza, sigue siendo tan cansado como siempre... con la ventaja de que la inercia ya la tenemos, con lo que solo nos queda mantenerla... Pero os voy a contar un pequeño secreto (que no salga de aquí): La Crow mantiene un pico de asistencia (temporal y limitadamente) que alcanza (si no supera) los 300W, pero sólo si detecta que nosotros estamos dándolo todo a los pedales en ese momento (sprint o subida empinada) Esa potencia extra “de regalo”, se celebra como si fuera un día de fiesta. Por si no fuera poco, la asistencia “de urgencia”, también nos permite superar la velocidad de 25 Km/h... durante un breve intervalo de tiempo. Digamos que es un “turbo” de reserva (invita la casa), que nos puede ayudar a superar determinadas circunstancias puntuales, y que viene de maravilla cuando tú lo estás dando todo a los pedales. No contéis con ello para circular asistido a mayor velocidad de la legalmente permitida. La asistencia ordinaria solo funciona en los límites legales y hasta la velocidad legal... pero se agradece, pardiez, ese turbo cuando lo necesitas. Hasta aquí, las alabanzas. En el plano crítico, y aún a pesar de que debemos ser conscientes de las limitaciones de la Ley, es lo cierto que el cassette de 9v se queda algo corto. Los saltos de piñones son excesivamente bruscos, no permitiéndonos tener una adaptación de cadencia de pedalada suave. Incluso cambiando de dos en dos (algo que terminas haciendo siempre cuando ganas velocidad mucho más rápido gracias a la asistencia), el desarrollo no responde a lo que necesitas. A veces te quedas atrancado, y otras girando en vacío. Obviamente, te adaptas, subiendo o bajando la cadencia, pero la sensación no es agradable. Se echa de menos un cassette, al menos de 11v, para tener unas transiciones más progresivas. Pero claro... eso encarecería el producto, y no hablamos de bicis baratas, aunque ésta (sobre todo ahora con el descuento) no está mal de precio, para lo que son las eléctricas. Además, el pulsador Shimano Alivio, funcionando bien, no dispone del 2-way release, y cuando estás acostumbrado a tenerlo, se echa de menos. Como comentario curioso: El pedalier de la Crow, como consecuencia de llevar montado el motor Fazua (que funciona como un bloque solidario-y extraíble-que engloba la batería y el motor, que engrana directamente sobre el pedalier, instalado en el tubo diagonal de la bici) hace un extraño ruido tipo “clack clack), que corresponde a la actuación del sistema de potenciómetros que controlan, sobre el pedalier, la acción combinada del motor con nuestros pedales. El efecto más curioso de este sistema es que, aunque pedaleemos hacia atrás, los piñones no se desplazan ni la cadena transmite el movimiento. El pedalier solo acciona la cadena y la mueve cuando movemos los pedales hacia delante. Que no cunda el pánico: No afecta lo más mínimo a la hora de pedalear, pero es un detalle curioso que sorprende la primera vez que lo ves (y lo oyes). Dentro del sector de críticas: Para un uso urbano, la configuración del manillar resulta excesivamente ancha. 740 mm es demasiado para según qué momentos entre coches, o circulando junto a un compañero (Sí. En ciudad los ciclistas podemos ir también en paralelo dentro del mismo carril), aunque no debemos olvidar que esta versión de la Crow (la Risbar) es un híbrido entre una máquina urbana, que podríamos considerar tipo “Sport” o “fitness” porque tiene un carácter ágil y divertido a la hora de conducirse, y una gravel con manillar plano (y con un ancho de Mountain Bike). De hecho, la primera vez que te subes a ella, la primera sensación que tienes es la de echar en falta la horquilla de suspensión, porque la posición de conducción en el tercio superior es la misma que tienes en la bici de monte, y esto, obviamente, es lo que también define un cassette con un desarrollo tan amplio 11-42: Efectivamente. El carácter polivalente de la Crow Risbar condiciona un rango de desarrollos que debe ser válido tanto para uso urbano (y lo es, aunque con las pegas comentadas más arriba) como para un uso más “gravelero”, que en el caso de esta bici, con manillar tipo montaña, resulta más sencilla de dominar con precisión que cuando nos metemos en según qué zonas con un manillar de gravel “ordinario”, que exige bastante más control y técnica. En pistas y terreno off road (sin excesos) nos vendrán bien esas coronas más grandes, que en uso urbano no daremos uso... el problema, sin embargo, es el mismo: 9v se quedan cortas.
Sobre cuadro, geometría, comportamiento y componentes; ▪ MARCO: Crow Gravital SL Alloy (Aluminio) ▪ HORQUILLA: Crow FRK CF (Carbono) ▪ CAMBIOS: Shimano Alivio 9v ▪ FRENOS: Shimano MT201 ▪ ROTORES DE DISCO: Shimano SM-RT10 160mm (del/tras) ▪ Desviador trasero Shimano Alivio 9s ▪ Desviador delantero: No tiene ▪ CASETE: Microshift Advent 11-42 9s ▪ CADENA: KMC X9 ▪ MOTOR: Fazua Ride 50 Street ▪ BIELAS: Miranda Classic Plus ▪ Plato: Miranda 38T ▪ RUEDAS: Shimano MT-500 ▪ NEUMÁTICOS: Schwalbe G-One Bite ▪ TAMAÑO DE NEUMÁTICOS: 700x40 (1,50”) ▪ MANILLAR: Ritchey Comp Rizer 740x20 ▪ PUÑOS: Ritchey Comp True Grip X ▪ POTENCIA: Ritchey 4 Comp Trail ▪ TIJA DE SILLÍN: Ritchey 2B ▪ SILLÍN: Essax MÉTRICA MEDIDA (SEGÚN TALLA S, M, L O XL) (la mía es una L, para mis 1,80 de altura) Ángulo de sillín 72,75 a 73,5 º Ángulo de dirección 70,5 a 72,5 º Rake 51 mm Trail 58,5 a 71,6 mm Distancia entre ejes 1021,4 a 1040,6 mm Stack 549,9 a 612,5 mm Reach 372,1 a 389,8 mm Vainas 432 mm A destacar dentro de los componentes: En mi opinión, muy positivamente: 1.- El sillín Essax (desarrollado y fabricado en Sax, Alicante): Una MA-RA-VI-LLA. Mira que no soy de culo delicado (en la bici urbana y en la de carretera llevo sillines de carbono sin ningún tipo de acolchado y sin ninguna molestia), pero este sillín me ha sorprendido por su ergonomía y comodidad. SOBRESALIENTE. Magnífico trabajo de ESSAX para Crow. Una alianza estratégica que denota (y ya va siendo hora de que esto empiece a tenerse en consideración) alianzas entre empresas nacionales que apuestan por la calidad y el desarrollo. Muy, MUY bueno. 2.- Los Frenos Shimano MT 201: Aunque las manetas están diseñadas para frenar con dos dedos y son, por tanto, algo más largas de lo que estoy acostumbrado y me gusta tener en Shimano (que desde el Deore al XTR usa manetas más cortas), su potencia, dosificabilidad y tacto son, como siempre, excepcionales. En entorno urbano es muy necesario contar con unos buenos frenos que nos permitan frenar con potencia pero sin derrapes involuntarios que pueden llevarnos al suelo. Los MT201 son una muy buena elección para este montaje, junto con los discos de 160. Como nota curiosa, la bici lleva montaje para Flat Mount, pero las pinzas son Post Mount, por lo que llevan sus preceptivos adaptadores. 3.- Las cubiertas Schwalbe G-One Bite me están encantando en tierra, y también en asfalto por su adherencia y carcasa, que permite llevar una presión intermedia sin flaneos ni apoyos inestables, endulzando la absorción de las irregularidades del terreno que transitemos; algo que con un cuadro de aluminio y horquilla de carbono bastante rígidos, se agradece. La durabilidad, probablemente se vea algo comprometida si abusamos del asfalto, aunque por ahora no se aprecia degradación ninguna en su taqueado, lo cual habla muy bien del compuesto. Las ruedas son unas MT500 firmadas por Shimano. De gama básica. Sólidas y fiables, permiten montar cubiertas de ancho generoso sin miedo a desllantar o a conformar un perfil demasiado curvo (cosa que puede pasar con llantas demasiado estrechas, más pensadas para carretera) En cuanto a reacciones (cuadro y geometrías): Como he apuntado un poco más arriba, tanto el cuadro como la horquilla son rígidos, aunque el balón de los neumáticos ayudan a que el rodar sea agradable y que no existan rebotes de ningún tipo en el apoyo, tanto en recta como (mucho más peligroso) en curvas, pero en situaciones de firme irregular, o bacheado, se transmite, sobre todo al manillar, que tampoco absorbe demasiado las vibraciones, si bien en el lado positivo, es firme y fiable, como corresponde a un componente firmado por Ritchey. La postura de conducción es muy cómoda. Muy neutra. Ligeramente vertical. Tal vez un poco demasiado cuando queremos emplearnos a fondo sobre los pedales... pero no es una bici de carretera, ni tampoco una de XC Racing. Lo que busca, y consigue, es ofrecer una postura polivalente, que sea válida para quienes planean largas horas de pisteo, o rápidos (sin exagerar) desplazamientos urbanos. A este último respecto, una nota crítica: La dirección se me antoja algo lenta en las entradas en curvas de radio de giro estrecho, tendiendo a abrirse más de lo que esperas en un primer momento, aunque la trazada que luego mantiene en el vértice es coherente y estable. Cuestión de conocerla. Es ágil, sólida, confiable y también estable en alta velocidad, aunque la alta velocidad no es lo que más te llama buscar con esta bici, por esa posición algo vertical (cómoda y relajada) que he comentado más arriba. No es una bici que llame a grandes sprinters. Es más de aceleraciones progresivas. No en vano está equipada con todo el hardware que necesitas para equiparla con mochilas, guardabarros y bolsas de bikepacking, que es donde, probablemente, destacará por su capacidad de transporte, potenciado por ese cuadro sólido que tiene. A destacar, los tornillos de ambos lados de la horquilla, que permiten adosar bolsas (algo que yo no haría por no comprometer la direccionabilidad de la bici), o portabidones (uno a cada lado) para ir seguros de no quedarnos “secos” en mitad de la nada. El cableado es limpio, ordenado e interno, incluso en la horquilla. No interferirá ni nos causará molestias, a la vez que proporciona un look acorde a la calidad de la bici. Estas son, en general, y a falta de hacer alguna incursión más profunda en entornos pisteros, mis conclusiones sobre la bici que, debo añadir, me está viniendo genial para reducir hasta límites insospechados la sudoración extrema que el rodar por encima de los 30º le produce a cualquier persona. Algo que se agradece cuando usas la bici para desplazamientos urbanos laborales, en los que no quieres aparecer sudando como si te hubieras hecho una sesión de rodillo justo antes de bajarte de la bici. En proyecto: Ponerle un manillar plano (sin doble altura) más estrecho, y cubiertas de asfalto, para potenciar un poco más el carácter “sport” sobre el “Trail”, que es el que la configuración de origen potencia. Después del verano probaré más cosas... Me falta rodar sin el motor (usando la tapa para tapar el hueco que deja en el tubo diagonal su extracción--conjunta con las baterías). Seguro que ese peso también afecta a la cierta pereza a la hora de entrar en curva que le aprecio. Mientras, si la bici os interesa, o simplemente queréis hacer alguna pregunta, me pasaré por aquí de vez en cuando para responderos, y agradeceros que os toméis la molestia de leer estos comentarios...
Buenas me parece increíble la review que has hecho de la Crow Tuve la oportunidad de probar una de cuadro de fibra de carbono en el test the best y quedé enamorado de la comodidad y de la sensación que llevar una eléctrica muy muy ligera en este caso rondaba los 13 kilos. Desde entonces les sigo en redes sociales y cuando ahorre para mi nueva gravel sin duda será una Crow
Gracias por tu comentario. En esto de las bicis de venta online siempre intento ayudar a despejar incógnitas con mi propia experiencia, y se agradece que al menos llegue a alguien La de gravel en carbono tiene efectivamente una pinta brutal…
Otra gran ventaja de estos motores Fazua es que te permiten dejar la bici candada con bastante menos preocupación al robo, ya que el poder llevarte el motor y la batería con solo mover una pestaña consigue que la bicicleta resulte menos atractiva para los amigos de lo ajeno…