Yo soy un globero total pero si no subo una cuesta fuerte de verdad en una etapa, me parece un aburrimiento, como que no he salido. Como soy malo, durante la subida lo paso fatal y a veces arriba no sé ni cómo me llamo pero al mismo tiempo, disfruto con la subida, con el sufrimiento... es una mezcla de sensaciones difícil de explicar, pero muy real para mí. Y eso sí, la sensación al coronar, de haber vencido a la cuesta y a mis propias limitaciones y a la tentación de parar es sensacional. Y me acuerdo de un ciclista de los 80 y 90 que se llamaba Gilbert Duclos-Lasalle que se hacía Tours con cuarenta y pico de años, que le preguntaban, ¿y a Vd. le le compensa hacerse etapas reina a su edad?, y él contestaba que en medio del palizón siempre estaba apunto de darle una patada a la bici y marcharse, pero que luego la sensación de haberse vencido a sí mismo, le compensaba todo. Pero claro, eso hace que los días de mucho frío me intimiden bastante porque como las cuestas que me gustan son las de pegarme una sudada importante, luego me quedo helado y las paso canutas. ¿A vosotros os gusta subir y sufrir?
Pues creo que las sensaciones son las mismas que las tuyas. Si un día llaneas o no tienes suficiente subida como que te falta algo, pero una vez que estás metido en subida hay muchas veces que dan ganas de darle la vuelta a la bicicleta. Empiezas a hacerte la pregunta filosofal de ¿tengo yo necesidad de hacer esto? y la respuesta en principio es no, pero por alguna extraña razón volvemos en la siguiente salida a buscar una subidita donde reventar. Somos asesinos volviendo al lugar del crimen, masoquistas diría yo, jejejejjeje. Que conste que también soy un globero, además los que tenemos cierto peso lo pasamos realmente mal.
En el llano tambien se puede sufrir, yo en concreto los peores recuerdos encima de una bici los tengo en el llano.
En llano se puede sufrir lo mismo, pero no motiva tanto, llego a odiar algunas rectas. Subir me encanta (lo mejor con diferencia), y bajar me da un poco de respeto, no me gusta mucho.
Si que me gusta, y es que no me queda otra cuando aquí o subes o bajas, poco llano hay. Hace unos cuantos años, con unos 13 años o así no me gustaba nada, y me quejaba de lo desafortunado que era por vivir en un sitio así, pero cuando empiezas a coger forma y aprendes a administrar el esfuerzo, las cuestas parecen cada vez más llanas y subes por sitios que antes pensabas que era imposible. Mi mejor recuerdo sobre la bici fue la primera vez que subí un puerto, con un desnivel de 1000 metros partiendo a nivel del mar. La sensación al llegar arriba, ver la burrada que había subido y disfrutar de las vistas es impagable.
Todo ciclista es ciclista porque le gusta sufrir otra no ai porque sino te vas en moto o en coche hacer los kms jajaja, sufrir subiendo se sufre pero se sufre mas en llano que te lleven en un abanico a a 60 por hora comiendo cuneta ai si que se sufre pero de verdad menuda miseria mas grande jaja no solo vas dandolo todo sino que tienes que ir pendiente de no ostiarte con el de alante y no salirte de la carretera que cosa mas mala jaja
Me encantan las subidas, mis rutas favoritas son siempre con puertos, creo que nunca he salido a llanear, siempre tiro para el lado oscuro. Y que conste que como bien dicen donde mas recuerdo sufrir es llaneando...
claro! de echo me parece increible la aficion que tienen los ciclistas que viven en zonas "llanas" donde a cientos de kms a la redonda no hay una sola montaña... logicamente si es lo que hay pues no queda otra, puede ser mas duro andar en el llano con mucho aire, pero para mi lo bonito del ciclismo son los puertos de montaña.
Lo de sufrir como no seas masoca.....ahora subir, yo que soy ligero, me encanta. Creo que me gusta el ciclismo porque existen puertos, quizás sea por mi segundo deporte, montañero. jejeje.
Como me dice un compañero " a ti te gusta lo sovietico" je je cuando mas duro el puerto mejor, cuando estas en forma llegas mas rapido pero aqui se sufre siempre, yo prefiero subir, lo paso peor cuando hay que rodar a ritmo constante y se va a tope.
Sí. Esa sensación de ir acumulando energía potencial que luego servirá para disfrutar de la bajada es impagable, aunque se sufra. Peor lo paso en llano cuando voy sin fuelle, porque no hay solución, salvo pararte a tomar un bocadillo o similar. Y si le sumas viento en contra, ni te cuento.
Cuando hay una subida la ves, sabes donde acaba y la vences, pero cuando hay viento, no lo ves, no lo vences y no sabes donde acaba es asqueroso, tienen merito los albaceteños de entrenar 20 kms en una recta contra el viento, VAYA PUERTACO